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SEMIOSIS DEL COTIDIANO

 

 

Libertad, hermosa palabra; practicarla de eso se trata.

Javier Molina

 

 

 

Hoy más que nunca el proceso creativo requiere de un plus, un extra que destaque su valor social y el beneficio que su práctica conlleva y haga manifiesta la necesidad de acortar la distancia entre el espectador y la obra creativa y que en reconocimiento a la función social que ésta posee desmienta el mito de privilegio que suponen le es inmanente.

De este modo la transformación del cotidiano establece una afrenta que en teoría requiere de un método, un formato del proceso creativo, (técnicas de uso del material, conocimientos que abordan, clasifican y califican resultados, etc.).

Lo cierto es que el proceso creativo no responde ni se ajusta a ningún método, de hecho, y en muchos de los casos, se parte precisamente de la abolición de éstos para su realización, en otras palabras, la institución como tal no logra ni logrará consolidar un proceso que recree y regule semejante actividad, pues el parámetro del proceso creativo es la búsqueda y el ejercicio de libertad.

Es en este sentido que nos encontramos con la responsabilidad de representar un cotidiano que convoque y se resuelva a conjugar objetos y situaciones que destaquen por su planteamiento y dirijan sus postulados hacia la recreación de una realidad más bella, justa y amable.

A mi parecer el valor que sustenta el mencionado proceso, precisa en el ejercicio de autocrítica, de conciencia, conocimiento, y de libertad como estímulo de mejora y principio constante e inamovible del quehacer humano.

 

 

Arturo Pacheco Lugo

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