Montserrat Morales
Montserrat Morales es estudiante de LingüÃstica y Literatura Hispánica en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Algunos de sus poemas aparecen en la antologÃa Moebius: Memoria del encuentro 2010, poetas nacidos en los ochentas, además ha publicado en periódicos de circulación estatal. Coordinó los números 5, 6 y 7 de la Revista de estudiantes de la Facultad de FilosofÃa y Letras Cuatro patios de la BUAP.
Cierto rumor
aunque todo se ha callado
tengo este zumbido un rumor un golpeteo de agua sembrado en el alma
antes del silencio
yo salà a fumar y a mirar la lluvia
traté de cerrar los ojos para mojarme dentro
busqué el olor del recuerdo
en su lugar
un dolor agudo en el pie izquierdo me hizo guardarme en casa
pedà disculpas a mi cuerpo
pensé en las veces que he hecho el amor
agradecà a mi cuerpo
lavé de mis manos y mi boca el aroma del humo
bendije a mi cuerpo
y otra vez quise salir y mojarme
no imaginar
no recordar
pero cierta edad sin tiempo me detuvo el paso
o quizás fue el dolor agudo
o la nostalgia de haber hecho el amor
o el humo guardado dentro
Reloj de arena
I
estos vicios no son mÃos,
son de aquéllos que han pasado por aquÃ
y de otros que detuvieron mi mirada y mi aliento,
estos vicios no son mÃos, lo juro,
pero han aguzado mi oÃdo
he descubierto el chasquido
el instante del instante
este no ser yo y buscarme en todos lados no es cosa mÃa,
me han vaciado de mÃ
como agua que cae de un jarrón tan lleno
estos vicios no son mÃos
alguien los ha puesto aquÃ
ahora soy un péndulo
y mezo estas noches sin sueño
II
una danza evoca silencios
silencios que de tanto pensar
combinamos con llanto, con whisky
y acariciamos las heridas,
gatos mansos y malditos
III
la noche ya no es la noche
es la otra orilla del mundo donde vemos con calma los arañazos del destierro
del abandono
de la muerte injusta
el tiempo -para entonces- se ha llenado de polvo y el mundo gira la llave
en un rato intentarás recordarlo todo
de nueva cuenta lo destruyes
Giralunas
una larga tarde cobijó un encuentro, no fue el nuestro, tal vez no exista,
la ciudad vio nacer dos giralunas en un parque de locos que no saben hablar
yo bebo estos recuerdos ahora
después no sabré dónde han quedado
dejo guiños
aunque no sea necesario
dejo destellos
el vaso vacÃo
sin llanto
porque los fantasmas no lloran